Ausente del tiempo que transcurre a mi alrededor.
Ausente de una vida que pasa delante de mi.
Ausente de lo que realmente es mi vida.
Anhelo del tiempo que quiero y no tengo.
Anhelo de una vida tranquila.
Anhelo que lo importante sea lo que colme mi vida.
La presión, el trabajo, los problemas han podido conmigo en los últimos tiempos. Obsesionada por cumplir con las obligaciones y con el trabajo. Un trabajo cada vez menos reconfortante, lleno de problemas y exigencias que rayan el absurdo y la explotación. Inmersa en un espiral peligrosa que me absorbe y agota, que me quita el sueño y el descanso, que me obliga a vivir esclava de alarmas y agendas del teléfono para no olvidar.
Así vivo en los últimos tiempos. Sin ganas, exhausta, y con las sensación de estar fallando, de estar ausente. De querer y no poder, y al no poder todo se desmorona.
No llego y más me agobio. Y al final lo paga quien no tiene culpa.
En estas líneas busco el aliento necesario para volver. No me voy a rendir.
Ausente, sí.
Consciente, también.
2 comentarios:
No te conozco. No me creo verte con ese ánimo decaído.
Anda ya, mujer!!! Lo tienes todo, pero no quieres verlo.
Y no fallas, lo que ocurre es que la sociedad, el ambiente está cambiando, enrarecido. Pero tienes por quién luchar.
Aquí tienes un amigo
Gracias, JA.
Soy consciente de ello.
Este es primer paso para salir del desanimo, reconocerlo.
Sé que vendrán tiempos mejores, pero a veces las fuerzas flaquean.
Gracias de corazón por tus palabras.
Aquí también tienes a una amiga.
No te cortes y comenta la entrada. Tus comentarios serán bienvenidos.