NO ME GUSTA


 
No me gusta lo que veo, lo que escucho. Sí, soy categórica en esta afirmación. Tengo mis motivos.
 
No me gusta que decidan por mi. Tengo suficiente criterio y madurez para saber que hacer con mi vida, sin que ello perjudique a nadie.

No me gusta la clase política que nos representa. No buscan más que hacerse ricos robando de la caja para luego exigir a los demás que nos arremanguemos porque hay que hacer sacrificios.

No me gusta que la educación de mis hijos esté en manos del gobierno de turno. Las escuelas además de enseñar matemáticas, lengua e historia, deben enseñar a los niños a pensar por sí mismos, sin adoctrinamientos propios del partido que gobierna o del territorio donde vivan. El contenido de las materias debe ser común, genérico y aprobado por la comunidad educativa.

No me gusta que nuestro país se convierta en una máquina tragaperras a cambio de promesas de empleo más que dudosas y de beneficios fiscales y subvenciones ilimitadas.

No me gusta que nuestro país se convierta en una gran montaña rusa  llenando terrenos calcinados por las llamas con parques temáticos, campos de golf y hoteles a mansalva.

No me gusta que mi futuro y el de mi familia esté en manos de banqueros sin escrúpulos.

No me gusta que los españoles sigamos sin darnos cuenta de los errores que hemos cometido todos estos años atrás y sigamos tropezando en la misma piedra.

No me gusta que se llene la prensa de titulares día tras día para dar cobertura a un niñato del fútbol  que está triste. Yo tengo motivos reales para estarlo y no por ello salgo en primera plana ni soy noticia. Si está triste con todo lo que tiene, que lo reparta a quién realmente puede ser feliz con ello o por lo menos le ayude a serlo.

No me gusta que no se respete la intimidad de las personas. Acaso uno en su casa no puede masturbarse, tener relaciones con quién le de la gana, y grabase así mismo si le apetece???? No creo que eso afecte a la actividad profesional o política que se desarrolle. Somos cortitos de mente y adolecemos de una doble moral más que reprochable.

No me gusta que se critique a quién, amparándose en uno de los pocos derechos que nos quedan intactos, sale a la calle pacíficamente para luchar por lo que cree justo.

No me gusta que no se respete la libertad de prensa ni a los profesionales que intentan ejercerla sólo porque hacen preguntas incómodas y saca los colores a más de un político o dirigente.

No me gusta Telecinco y todos los personajillos que la forman. Cadenas de televisión como ésta son las que interesan a los políticos para tener a los ciudadanos aislados de la realidad y poder hacer lo que se les antoje.

No me gusta el nuevo código penal. La justicia comete errores y esos errores puede llevar a alguien a pasar el resto de su vida entre rejas. Y si no que se lo pregunten a Rafael Ricardi que se ha pasado casi toda una vida en la cárcel por una violación que no cometió o a Dolores Vazquez. En este país se juzgará a golpe de presión mediática y según lo que diga la señora Ana Rosa Quintana.  Inviértase en modernizar la justicia y en los medios que necesita para que haga lo mejor posible su labor.

No me gusta que la asistencia sanitaria se haga a base de talonario y capacidad adquisitiva de quién la necesita. Persígase y condénese los abusos. Pero quienes cumplimos con las reglas y aportamos nuestra parte, tenemos el derecho legítimo de ser tratados por los mejores profesionales. Y no excluyamos a los inmigrantes por el simple hecho de serlo. Muchos ya contribuyen o han contribuido al crecimiento de este país. Ellos no son los responsables de esta crisis.

No me gusta que nuestros jóvenes se marchen a otro país para buscar un futuro que su propio país le niega. Generaciones en las que se ha invertido mucho dinero en su educación y de las que sacan provecho otros países gratuitamente.

No me gusta que sólo se recorten gastos, y no se invierta conveniente en aquello que es necesario e imprescindible. Dejémonos de gastos superfluos, de subvenciones partidistas millonarias, de coches oficiales, de altos cargos innecesarios, de asesores inútiles...

No me gustan tantas cosas....

Ah¡¡ Y no me gusta la cebolla, por si alguien me invita a su casa a comer.


 


2 comentarios:

joseAntonio Bejarano dijo...

Yo conozco un lugar donde no hay nada de lo que te disgusta. Sí creo que hay cebolla, pero es muy buena y diurética, pues no hay porqué consumirla cruda.
Pues eso, aunque la tortilla de patatas la hagan con cebolla, lo demás lo tienes a tu gusto.
Esa ciudad se llama Utopía.

gloria dijo...

Utopía, sí.
Bonita ciudad.
Pero me gustaría que la utopía fuera realidad.
Y a mí me gusta la realidad y vivir en ella.

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