PIRATERÍA 2.0

No nos engañemos. La piratería ha existido siempre. Si no que se lo digan a los escribanos de hace miles de años cuando se pasaban horas y horas copiando pergaminos a la luz de las velas.

Pero no hace falta remontarse tan lejos para explicar el fenómeno de la piratería "artística". Quedémonos en los últimos 30 años del siglo XX.

¿Quién no ha copiado una cinta de cassette, o ha grabado una película de la tele en vhs o beta, o se ha leído un libro prestado? Esto es piratería, piratería 1.0. Quizás las dimensiones económicas de estos actos no eran tan significativos como ahora, pero no deja de ser dinero que los autores o creadores han dejado de ganar. Echemos cuentas. Un libro de media cuesta unos 20 euros. Si te lo compras y si se lo prestas a 20 personas, has dejado de contribuir al sistema con 400 euros. Y eso sólo por un libro. Con la música pasa algo parecido. ¿Acaso esto no es piratería?

Yo recuerdo que en aquella época me gustaba tener la música original y me compraba los CD's de Mariah Carey de la que era fan nº1, pero al instante se lo copiaba en cinta  a mis amigas.

Iba mucho más a menudo al cine. Normal, costaba ir una media de 500 ptas los fines de semana, o bien, 250 ptas el día del espectador. Sin duda un precio más que asequible y con el que te podías permitir ir a ver incluso películas malas.

Llega Internet y con él el nuevo siglo y nuevas posibilidades de explotar y compartir información. La piratería encuentra un pasto donde acampar a sus anchas. La piratería 2.0 se instala en nuestra rutina.

Formatos como mp3, divx, etc permiten la aparicion de nuevos soportes de almacenamiento, casí con capacidad ilimitada lo que facilita disponer en formato digital  de todo nuestro material fotográfico, musical y filmográfico. Material personal en la mayoría de los casos, porque perfectamente es posible convertir a mp3 toda mi colección de cd's del Último de la Fila para tenerlo en un formato digital que me permita disfrutar de esa música en mi Ipod.

También es cierto que las descargas ilegales de música, películas y ahora libros electrónicos está a la orden del día. Te descargas lo que quieres gratis, pero soportando publicidad engañosa y miles y miles de popus que inundan tu ordenador con imágenes pornográficas, juegos de azar, o cartas del tarot, e incluso puedes meter inconscientemente un virus en tu ordenador.

Hay gente que se dedica a utilizar los medios que pone a su alcance servidores de datos, internet y lo nuevos soportes de grabación masiva, y se lucran con las descargas ilegales bien con la publicidad que antes he mencionado o bien explotando a pobres inmigrantes ilegales que se pasan 20 horas al día recorriendo la ciudad para vender música o películas piratas por 3 euros. De esos 3 euros, ¿cuánto se lleva? pues posiblemente ni la mitad.

Es cierto que por todo esto que nos descargamos gratis, el autor o creador no gana absolutamente nada. Pero ¿por qué pirateamos?. Pues yo creo que la principal razón es que la cultura en general es muy cara, y más en los tiempos que corren.

A mi personalmente, me parece un despropósito pagar 20 euros por un cd que contiene 10 canciones de las que sólo me gustan 3. Es inaudito que un libro electrónico cueste más que un libro en papel. Y todo esto es así, porque hay un modelo de negocio anclado en la era prehistórica y que ha sido espectador de como los tiempos, las modas, las tecnologías y el consumo han cambiado y se han quedado sentados viéndolas venir pensando que podían seguir manteniendo un imperio económico en el que menos cobraba era el propio creador intelectual. Es mas, hace un tiempo vi un documental que destripaba cuantas personas intervenían en la creación de un cd y perdí la cuenta. Pero el artista, el cantante o grupo, sólo se llevaba un 1 euro real del precio final. A artistas de la talla de Alenjandro Sanz, Shakira, etc, como venden millones de discos, ganan una pasta pero ¿qué pasa con los artístas nóveles? pues que ganan un misera por un trabajo de calidad y todo el pastel se llevan las productoras y casas discográficas.

Por esta razón han intentado mediante leyes ponerle vallas al campo. Se han creado leyes absurdas que imponen un canón a los soportes digitales o cierran webs. Se sacan de la manga asociaciones de autores, como la SGAE que con el tiempo han sido un completo fraude con el que personas miserables se han llevado millones de euros a costa de los autores de buena fe. Estas asociaciones se las pasan pidiendo dinero a diestro y siniestro para que su música, libros o películas puedan ser utilizados. Y todo para poder mantener un sistema obsoleto justificado en la cantidad de puestos de trabajo que se perderían, pero digo yo..Cuándo aparecieron los PCs, ¿que pasó con las máquinas de escribir?? Pues que desaparecieron y a eso se le llama selección natural. En este mundo hay que renovarse o morir.

No digo que no haya asociaciones o instituciones que velen por los derechos de autor. Pero tampoco puede ser que haya gente que viva a costa de una idea feliz y que no se arremangue para seguir en la brecha. Ejemplo, Ramocín. Yo a este tipo sólo le concozco la canción "Litros de alcohol" y luego pasea su palmito por los medios de comunicación como gran defensor de la propiedad intelectual. ¿Pero qué intelectual? Si  ha vivido toda su vida a costa de lo que le produce una canción exitosa ¡¡¡. Yo "creo" todos los días en mi trabajo, y sólo recibo a cambio mi nómina, y lo que ha salido de mi cabeza se lo queda mi empresa o el cliente. Pero ahí sigo, trabajando y creando todos los días.

De la piratería también se están sacando cosas positivas. Ahora hay más conciertos que nunca. Los artista se ven obligados a salir a la calle para ganarse la vida y ya no se quedan en el sofá viendo las listas de ventas en los periódicos.

Posibles soluciones para que todas las partes salgan ganando:

- Todos los artistas tienen páginas web oficiales. Pues una manera de vender su música es que directamente desde sus páginas vendan las canciones en mp3 pudiéndote descargar el disco entero o canciones sueltas. Precio razonable: 0,50 céntimos la canción, 5 o 6 euros el cd completo. Yo por este precio pagaría.

- Libros electrónicos a precios más reales. Los libros electrónicos no tienen mucho que hacer para su obtención. El escritor usa su ordenador para escribir su obra. Se la entrega en formato digital a la editorial. Y ésta mediante un proceso de metadatos, convierte el archivo en un formato soportable por los lectores electrónicos. No pagaría más de 5 euros por libro electrónico, donde no interviene ningún eslabón de la cadena de producción de un libro en papel.

- Es fundamental que el soporte digital de los libros electrónicos sea universal y pueda utilizarse en cualquier lector electrónico. Los fabricantes de estos aparatitos se tendrían que centrar en innovar y mejorar la interfaz y sus características.

- Los bares, discotecas y locales de ocio que hacen uso de música, pagarían por la música de la misma forma que pagan por ver un partido de fútbol en canal + o se paga por un canal de películas en el que tienes que pagar por cada peli que veas. Pero se pagaría un precio fijo mensual que te permitiera disponer de la música novedosa y la de hace 10 años hacia atrás, gratis o a precio reducido.

- En la misma línea, las productoras filmográficas podrían poner "online" sus películas y pagar por verlas en la web, a un precio razonable. No sé, 5 o 6 euros el estreno, y 3 euros el resto.

Lo que está claro es que las nuevas tecnologías ponen al servicio de la industria de la cultura muchas posibilidades de explotar el negocio sin necesidad de que la gente piratee.

Por supuesto que hay que perseguir a quién se lucra y se llena los bolsillos con esta práctica, pero al usuario final, que es a resumidas cuentas quien consume, hay que facilitarle el acceso a la cultura, no solo económicamente si no con las herramientas que las nuevas tecnologías inventan.



2 comentarios:

joseAntonio Bejarano dijo...

Ahora me he enterado un poco mejor de este complejo asunto.
Yo creo que hay que poner normas y protocolos como los que apuntas. Lo que no soporto es que se me coarte mi libertad de -desde un dispositivo de mi propiedad, en un lugar como la intimidad de mi hogar-, poder descargar algo tan intangible como una canción, peli o libro desde un sitio que yo he encontardo en la Red, que yo no he violado ni violentado nada. Que persigan los lugares desde donde ofrecen esos productos, pero... a mi? Nunca lo entenderé.

gloria dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo. El problema es que somos más los cosumidores finales que los estafadores...y también somos un blanco más fácil.

Al final, esto se reduce a sacar dinero de todos sitios, y nada o poco tiene que ver realmente con proteger la propiedad intelectual.

El dinero manda y la cultura es otro eslabón de la cadena de la que sacar tajada. Pero sólo unos pocos y no los debidos.

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