VIOLENCIA DE GÉNERO

La violencia de género se ha convertido en un mal endémico de nuestra sociedad.

No hay día en el que las noticias no se despache con algún nuevo caso, ya sea con resultado de muerte o bien con graves heridas. Más del 50% de las víctimas tienen menos de 40 años. Y yo me pregunto ¿qué estamos haciendo mal?.

En los años de la dictadura, donde la educación machista primaba y donde la mujer poco o nada tenía que decir, la violencia de género era un tabú, se vivía de puertas para adentro y de puertas para fuera, la familia era perfecta. La mujer sometida, no tenía manera de deshacerse del yugo de la bestia con la que convivía. La sumisión educacional al marido, el qué dirán y la dependencia económica, pesaban como una gran losa que impedía desligarse y comenzar un nuevo camino. Si a esto se le añadía el nulo apoyo de las administraciones franquistas, poco podían  hacer las mujeres agredidas más que resistir en silencio y procurar que sus hijos sufrieran lo menos posible.

A medida que hemos ido avanzando, las mujeres hemos conseguido ser independientes, tener una educación, y estamos mas preparadas no solo profesionalmente sino también personalmente. Somos inteligentes y luchamos por labrarnos un futuro como el que más. Pero en este avance sociológico, no se ha conseguido que la violencia de género se erradique. Y no lo entiendo. No entiendo que hombres con una educación completamente distinta a la de sus padres y abuelos, sigan pensando que la mujer es de su propiedad, que no sepan aceptar un NO, que no respeten a sus hijos, que disfruten con continuos ataques físicos y verbales, que paguen con sus parejas sus frustraciones personales, sus inseguridades, sus miedos absurdos, y su cobardía.  

Existen leyes como la ley de igualdad y violencia de género, que tratan de dar solución a este gran problema. Existen coberturas sociales, casas de acogida para madres e hijos, pulseras de aviso, hay campañas publicitarias de concienciación continuamente, etc. Pero no funcionan, y cada vez es peor.

No sólo la mujer tiene que vivir con el miedo continuo cuando después de un largo proceso consigue salir, sino que saben que un día u otro, su verdugo se puede presentar y axfisiarla, apuñalarla, quemarla viva, etc...

Muchas veces se escucha en las noticias, que no había presentado denuncia previa o que había retirado la denuncia contra su agresor. Y la manera en la que se plantea es de alguna manera como si la mujer "al final de cuentas ha tenido la culpa" por no hacer lo que debía.

Desde fuera las cosas se ven relativamente fáciles. ¿Por que no se ha ido antes? ¿Por  qué no lo ha denunciado antes? Anda que yo también hubiera aguantado. Al primer insulto lo hubiera mandado a paseo.

Es imposible ponerse en la piel de estas mujeres. No me puedo ni imaginar hasta que punto son anuladas por sus maltratadores. No me puedo hacer una idea lo que es vivir con miedo, aterrorizada. 

Hagamos que las escuelas enseñen a nuestros hijos a saber convivir y respetar a sus iguales, que nadie es propiedad de nadie, que todos somos iguales, que sufrimos, lloramos y reímos igual. En casa también es fundamental inculcar a nuestros hijos hábitos de convivencia, repartir tareas, enseñar que todos tenemos que colaborar, etc.

También quiero dejar claro, que aunque las mujeres sean en mayor medida las que sufren la violencia de género, los nuevos modelos de familia de nuestra sociedad también están dando nuevos tipos de víctimas por decirlo de alguna manera. La violencia de género puede darse y se dá entre parejas homosexuales y lesbianas. Y esto la ley también debe de tenerlo en cuenta, la ley y la sociedad. Tampoco nos podemos olvidar que existen hombres que sufren violencia de género de sus mujeres, quizás no una violencia física, pero si verbal.

Deseo de todo corazón que esto se acabe ya de una vez, y no busquemos excusas porque no las hay.


 
016
Contra el maltrato, llama

2 comentarios:

joseAntonio Bejarano dijo...

Beni
Esta entrada deberías enviarla a la prensa de papel.
No tiene desperdicio.
Es cierto todo lo que dices.

Las soluciones, a largo plazo.
Toca educar, educar y educar a nuestros hijos. Otras cosas, más de las que hay, y que tan bien has enumerado, es complicado. Sólo confiar en que poco a poco, las mentalidades vayan cambiando. Desde luego es fundamental que las leyes sean durísimas para los casos de violencia doméstica, y así mismo castigar las falsas denuncias.
Ojalá termine, pero...

gloria dijo...

Es un tema al que ya nos hemos acostumbrado, es como si la muerte de otra mujer sea equivalente a que ha caído la bolsa....

Cada vez se le dedica menos tiempo en las noticias, porque es algo que ya se considera habitual y no es noticiable.

Una pena...

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